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Pinus cembra
La perenne
Pinus cembra
pasa por momentos duros a fines del invierno, cuando está expuesta al sol radiante con cero actividad fotosintética
debido a las frías temperaturas. Sin embargo, una serie de cambios
fisiológicos y bioquímicos asociados a la dormancia invernal protege a las
plantas. Un indicador de que se ha producido este ajuste es la apariencia amarilla de
las agujas. Otras especies, como por ejemplo
Larix decidua
(alerce, al fondo) evita tales problemas despojándose de sus hojas en
otoño. Con esta estrategia, pueden crecer en el lugar más frío de la tierra, en
en la Siberia occidental subpolar.
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Una gran cantidad de sol, mientras el metabolismo está bloqueado por las bajas temperaturas, incrementa
el riesgo de
fototoxicidad (Alpes centrales).
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Rumex alpinus
emergiendo de la nieve en primavera.
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Riesgo de "quemaduras solares": derretimiento de nieve durante la primavera.
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Nototriche turritella, aquí a 4200 m en el
altiplano boliviano resiste una radiación solar extremadamente intensa
y 8 meses sin lluvia (total
aprox. 300 mm a-1)
por hojas delgadas, altamente pubescentes
(reflectivas) y una raíz pivotante profunda
(fotografía tomada durante la estación lluviosa en
febrero).
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Combinación de alta radiación y sequía (Altiplano boliviano, 4200 m).
Las plantas verdes necesitan radiación solar, pero algunas veces puede ser demasiado.
La radiación puede sobrepasar la intensidad tolerable.
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cuando la maquinaria fotosintética no está preparada para usar fotones
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cuando las plantas están de pronto expuestas a altas radiaciones sin el suficiente tiempo de
aclimatación
El peor de los casos es la combinación de los dos, en caso de que las plantas se liberan de
pronto de la cobertura de nieve.
Siempre que los pigmentos de las hojas absorben fotones pero no los usan (e.g. a bajas temperaturas.
fotografía superior) esta energía necesita ser disipada sin dañar la maquinaria completa
(e.g. reemitiendo la energía en forma de luz fluorescente o calor),
de lo contrario ocurre la fototoxicidad. Las plantas de montaña
están perfectamente equipadas para dichas situaciones y por lo tanto el fotodaño por luz
visible es un fenómenos muy raro. Para evitar dichas situaciones, las plantas que emergen rápidamente
(como se muestra en la fotografía de abajo) carecen inicialmente de clorofila y están
llenas de compuestos protectores (vea UV-B).