Introducción
La vida de las plantas alpinas se caracteriza por una alta presencia de especies que se reproducen por crecimiento vegetativo. Las plantas son organismos modulares y se desarrollan a partir de unidades morfológicas similares y repetidas. En principio cada unidad puede crecer formando una nueva planta. En plantas clonales dichas unidades son llamadas "ramets", o "vástagos" en pastos.
Las presiones selectivas de los ambientes alpinos con veranos cortos y fríos, con una larga cobertura de nieve durante el invierno, vientos desecantes y suelos con baja fertilidad tienen como resultado una alta frecuencia de plantas clonales longevas en floras alpinas. La forma de crecimiento y las propiedades demográficas de dichas especies son en gran parte el resultado de características específicas de su propagación vegetativa, creando una diversidad de estrategias. La dominancia de plantas clonales es particularmente pronunciada en situaciones muy hostiles tales como pedregales abiertos y suelos poco fértiles o en comunidades con sucesión tardía como pastizales andinos.
Se piensa que las plantas clonales dependen más del crecimiento vegetativo que de la reproducción por semillas para la persistencia de las poblaciones locales. Hay de hecho suficientes evidencias que las plantas clonales dependen poco del reclutamiento de semillas para el crecimiento poblacional a pesar de la regular e incluso abundante producción de semillas. Esto es particularmente cierto para especies clonales en hábitats alpinos. Sin embargo, las plantas clonales muestran altos niveles de diversidad genética y tienen un gran número de diferentes genotipos dentro de poblaciones establecidas. Por tanto, por lo menos episodicamente la reproducción por semilla debe desempeñar algún rol. El establecimiento por semillas puede ser restringido a la colonización inicial de un sitio y, en raras ocasiones, a una "ventana de oportunidad". Los modelos de simulación han mostrado que, en plantas longevas, incluso episodios raros de establecimiento de semillas son suficientes para mantener la diversidad genética.