Las plantas que sobreviven en climas fríos deben tolerar intensas temperaturas bajo cero. De otra manera tienen que "buscar" lugares seguros durante periodos críticos: debajo de la nieve o del suelo. El control sobre su fenología es crítico, e incluye no dejarse engañar por cortos periodos de calor y volverse activas en el momento equivocado. La gruesa capa de nieve en las montañas subárticas más allá del círculo polar al norte de Suecia representa una especie de "frazada caliente", generalmente impidiendo hasta que los suelos se congelen. Los lemmings (roedores) son más activos bajo este escudo protector y mueren si no hay nieve. Fotografía: Invierno intenso en marzo en los Escandes del norte, 800 m, 68° N. Vea también A salvo gracias a la morfología y fenología.